17 agosto 2013

07-08-13 Skukuza

Claro, el acostarse tan pronto tiene la ventaja de que también te levantas pronto, y así aprovechas más las horas de luz. Así que a las seis, arriba. Es cuando abren la puerta, pero les damos un margen a los que quieren aprovechar desde el primer minuto. 
Y nada, a callejear por los caminos. Skukuza no está muy lejos de Berg en Dal, así que aprovechamos para recorrer bien los caminos de la zona. Nos acercamos a un hide llamado Gardenia y pillamos justo el momento en que un rebaño de impalas se acercaba a beber. Al principio estábamos solos en el hide, pero luego fue llegando más gente.











Seguimos por los caminos viendo bichos. Algún rino al lado de la carretera, algún kudu. pero sobre todo, impalas. Los grandes felinos se resistían. Paramos a comer en Afsaal, una zona de picnic tomada por los calaos de pico amarillo. No te comían de la mano porque no se lo puse, pero seguro, porque no tenían ningún miedo.


Respecto a la duda de por donde circular, si es mejor las carreteras asfaltadas o los caminos de tierra, esa duda tenía y la sigo teniendo. Por un lado los mejores avistamientos los hemos hecho siempre en las carreteras asfaltadas: allí donde hay un montón de coches parados, seguro que hay algo. Pero por otro lado, circular por los caminos de tierra (bastante buenos), por donde apenas va la gente, hace que los animales que aparecen los saborees mucho más, están más cercanos y no hay nadie que moleste.



Llegamos a Skukuza relativamente pronto, como a las tres de la tarde. Habíamos decidido (un poco tarde) que queríamos hacer un night drive y al día siguiente un morning walk. Así que nos pasamos por recepción para reservarlo. Desafortunadamente no tenían plazas, pero sí para el día siguiente en Olifants, y las cogimos allí mismo, no fuera a ser que al llegar a Olifants ya las tuvieran ocupadas. 
Tras tomar posesión de la cabaña nos acercamos a otro hide que había cerquita, Lake Panic, donde vimos varias garzas y algún hipo.


Y poco más, a pasar la tarde igual que el día anterior, de relax, disfrutando del atardecer a la orillas del río Sabie. Pero a la hora de leer Adela se da cuenta que se dejó olvidado el kindle en el alojamiento anterior, en Berg en Dal...

No hay comentarios:

Publicar un comentario