27 diciembre 2018

28-11-18. Addo Elephant National Park y llegada a Port Elizabeth.


Como iba a ser nuestro último día de viaje nos levantamos bien temprano, para aprovechar en el parque lo que pudiéramos. Durante la mañana nos dedicamos a recorrer la parte norte, donde se situaba el campamento, y donde volvimos para comprar algo para comer. 










Luego nos dedicamos a recorrer la mitad sur, a la vez que nos acercábamos a la puerta de salida, que quedaba más cerca de Port Elizabeth. Aprovechamos hasta la hora de cierre. No vimos grandes cosas (bueno, los elefantes sí que son grandes) pero sí que nos gustó estar de nuevo en un parque.




Ya solo nos quedaba llegar a nuestro alojamiento junto al aeropuerto de Port Elizabeth para al día siguiente a primera hora, emprender la vuelta a casa, vía Johannesburgo.

26 diciembre 2018

27-11-18. Ruta por Tsitsikamma y llegada a Addo Elephant National Park.


Después de un sueño reparador en nuestro estupendo alojamiento, y un desayuno frugal en la habitación, nos acercamos a hacer la ruta de los puentes colgantes. Estaba lloviendo, pero no se hizo incómodo porque la temperatura era muy agradable. Le daba un aire misterioso al recorrido, que disfrutamos mucho, a pesar de todas las escaleras y de que yo seguía un poco renqueante de la rodilla. Nos pareció chulísimo.




A la vuelta compramos algún detalle en la tienda del parque, y ya, sin detenernos, emprendimos camino al parque Addo, a 236km. Aquí sí que las pasé canutas (otra vez, no aprendo) con la gasolina del coche. Durante un montón de km, ni una gasolinera a pie de carretera. Había que meterse en los pueblos y yo no tenía ganas. Hasta que no me quedó más remedio. Llevaba unos 40 km con la reserva. Llegamos al pueblo y el surtidor está estropeado. La gasolinera más cercana está a 25 km., me dice. Imposible, he entendido mal. No puede ser que hasta 25 km. no haya otra. Pues efectivamente, 25, dos cinco. Llegamos de milagro, a velocidad reducida, yendo por el arcén para no entorpecer el tráfico, como los carromatos viejos que se ven por allí. Después de la tensión en la gasolinera descansamos un buen rato y ya enfilamos hasta Addo sin parar. No sé por dónde nos metería el gps. En una de estas atravesamos unas verja con un cartel que ponía: solamente vehículos de la mina, prohibido para el resto… Para allá que fuimos. Volver atrás hubiera supuesto una vuelta enorme. No nos cruzamos con nadie, nadie nos dijo nada, y acabamos llegando a la carretera que conduce hasta Addo.
Tras tomar posesión del alojamiento nos dedicamos a recorrer el parque lo que nos dio tiempo. Que el parque se llame Addo “Elephant” no es ninguna casualidad. Llega un momento en el que casi no te llama la atención. Además se nota que están acostumbrados a la gente y dejan que te acerques un poco más que en otros parques. Nos sorprendió no ver ningún impala, pero sí que se vieron cosas interesantes.




A la hora de cierre no nos quedó más remedio que volver a la cabaña. Nos esperaba nuestro último día de viaje.

25 diciembre 2018

26-11-18. Guepardos en Tenikwa, Birds of Eden, Robberg Nature Reserve y Tsitsikamma National Park.


Otro día que empezábamos madrugando. A las 7:15 teníamos que estar en Tenikwa, un centro de recuperación de animales, a 55 km de Knysna. Teníamos reservada la actividad con los guepardos. Para mí, sin duda, fue el momento del viaje. Tras un vídeo de seguridad de un par de minutos, haces un paseo con ellos, que están a su bola, durante hora y media. Nosotros éramos tres, Adela, otra señora y yo, y estuvimos a placer.







Después de un café comenzamos la segunda parte de la actividad, que en nuestro caso fue visitar los recintos del resto de felinos que tienen en el centro: leopardos, leones, caracales, servales… todo fenomenal. Hay animales que permiten ser reintroducidos en la naturaleza y otros que no, y estos los tienen en los recintos.









Tras cuatro horas encantados no nos queda otra que seguir camino hasta la siguiente actividad, Birds of Eden, muy cerquita de Tenikwa. Es un área enorme, cubierta por una red, donde hay una variedad de pájaros increíbles. Hay un recorrido marcado, con distintos comederos, donde acuden los animales, que deben estar casi acostumbrados y no se asustan demasiado. La visita en teoría era de ¾ de hora, pero estuvimos más de hora y media. Nos gustó muchísimo. Acabamos comiendo en el pequeño restaurante que tienen dentro.





















Al acabar, y para demostrarme a mí mismo que no estaba mayor, y que lo del día anterior había sido una pájara pasajera, deshicimos camino andado hasta Robberg Nature Reserve. No tenía yo ganas de dejar otro lugar sin ver. Estuvo bien, hicimos la ruta sencilla, unos dos kilómetros, y tuvimos la suerte de ver delfines que iban de paso. Nos gustó el recorrido.




Ya no nos quedaba otra que seguir hasta el destino final, un poco apurados de tiempo, en las oceanettes de Tsitsikamma. Nos tocó una de la fila inferior, y allí estuvimos media tarde hipnotizados, contemplando cómo rompía el mar frente a nosotros. El tiempo era lluvioso, lo que daba un poco más de encanto al paisaje, según iba anocheciendo. Acabamos cenando en la habitación (también por no subir los tres pisos de escaleras andando). Por una vez, al día siguiente no teníamos que madrugar demasiado.