15 agosto 2013

04-08-13. Segundo día de buceo en Tofo: Oasis Reef y Gallería.

Ah, mergulhar en Tofo... 
El plan para este día era calcado al del día anterior, pero me ahorré el madrugón. Con estar a las 7:30 en el centro de buceo era suficiente. Así que disfruté del desayuno con unas buenas vistas al mar.


Igualmente la primera inmersión estaba bastante alejada, pero el estado del mar había mejorado y aunque pesado, no dimos tantos botes. En general hay las mismas especies de arrecife que vi en Maldivas. Al fin y al cabo no deja de ser océano Índico. Pero aquí vi los peces bastante más grandes. No sé si es que tienen menos depredadores, más comida, sustrato radiactivo o algo así, pero algunos eran exagerados. Eso sí, al estar cerca de la costa la visibilidad no era tan buena, o quizá fueran restos todavía del temporal que habían tenido los días anteriores, causa de que la gente cancelara las inmersiones.







Entre inmersión e inmersión, en vez de tener hora y media, como tuvimos el día anterior, esta vez aprovecharon el barco para hacer el Whales Saffari. Como era domingo montaron dentro del barco una silla alta, tipo árbitro de tenis, para poder hacer mejor los avistamientos. Y claro, entre que lo preparan y sacan a la gente, con hora y media no era suficiente. Quedamos dos horas y media más tarde, a la una y media. En este rato la gente aprovecha para comer, pero para mí es muy pronto, comer a las doce, así que aproveché para acercarme al hotel (realmente a cinco minutos andando por la playa) y seguir con el vicio de internet, el único sitio donde hemos tenido acceso. 
Para la segunda inmersión, repetimos el mismo sitio del día anterior, un buen sitio cerca de la costa. El guía esta vez no era el mismo y no se esforzó tanto por encontrar cosas, así que me permitió ir un poco más a mi aire y me lo pasé mejor buscando yo los bichos, que vi gambitas que no había visto el día anterior.


Y ya como se me había hecho un poco más tarde por la hora de más de espera, una ducha rápida en el hotel y a comer en otro de los chiringuitos frente al centro de buceo. Esta vez, frango con arroz.
Para por la tarde teníamos una de las tareas más imprescindibles del viaje: la compra de los regalos en el mercadillo de Tofo. Es un sitio que no es muy grande, cuatro cobertizos. Hay un puesto de camisetas y otro de capulanas en el exterior, y dentro las artesanías: máscaras de madera (que hay que encargar con tiempo, no el día que ya nos hemos ido), batiks... Pero ya digo que eran cuatro sitios, y además Adela ya se los había trillado durante la mañana que yo había estado buceando. Así que fuimos, por decir así, a tiro fijo. Compramos también unos pantalones muy bonitos, y yo estuve a punto de cogerme una visera, pero me quedaban grandes.
A las cinco había quedado en el centro de buceo para pasarle las fotos a James, el chico que lo lleva, y saldar cuentas. Aprovechamos y le preguntamos donde cenar. Nos recomendó el sitio que aparece en la foto del día anterior, Tofo Tofo, y no nos decepcionó. Hicimos un rato en el hotel, de nuevo con el internet y el blog, y luego fuimos allí a cenar, por unas calles totalmente a oscuras, pero mereció la pena. Cenamos un pescado fresco con una salsa como de mostaza que estaba excelente. Acompañado por otra cerveza local, que aunque sean de medio litro, entran solas. Y de postre pastel de chocolate.
Y nada, un paseito al hotel para bajar la cena y a descansar, que al día siguiente tocaba coche otra vez. 

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