14 agosto 2013

03-08-13. Primer día de buceo en Tofo. Manta Reef y Galleria




A las seis arriba, que había quedado en el centro de buceo a las 6:30. Escasamente desayunado, comiendo una tortilla que abrasaba, salí para allí. Al llegar no había nadie. Espero y al rato aparece una chica que me dice que se les ha estropeado o carro y que tardan un rato, y que si no me ha dicho que a las siete, que qué hago tan pronto. Y yo le digo que no, que a las seis y media, y me dice que qué raro… Total, a las siete llega el dueño y me dice que hoy no bucea, que estoy solo porque el resto de la gente ha cancelado y que no bucea, y que me va a llevar a otro centro para que vaya con ellos. Primera falta de seriedad, citarme media hora antes, y segunda, no avisarme de que no buceaba.
Total, que me llevan a otro sitio donde me tratan fenomenal, y eso que saben que no iba a ir con ellos, sino con la competencia. Hacemos dos inmersiones, la primera bastante chula, y la segunda, más. Los métodos para meter y sacar el barco del agua son, cuando menos, peculiares. Para meter el barco dan marcha atrás con el remolque, hasta que este está en el agua. En este momento aceleran a toda leche para delante, y por la inercia el barco cae… Para sacarlo es mucho mejor. Según se van acercando a la orilla, dan velocidad para embarrancar lo más dentro de la arena que pueden. La frenada es un poco brusca…
El mar está un poco picado. En Santander, con el mar así, no sacan el barco. Así que botes y más botes, que despacio no van. Medio barco vomitando… Pero las inmersiones merecen la pena. La primera, a media hora de navegación, un arrecife muy chulo.









La segunda, igualmente en arrecife, pero a solo cinco minutos. Y entre una y otra, hora y media en tierra, que aprovecho para acercarme al hotel, a ver si veía a Adela.






Después del buceo, a comer, bastante tarde para lo que se estila aquí, a las tres y media, en un puesto callejero, un bunny chow, un guiso de pollo, zanahoria y cebolla, abundante y bueno. Y la primera 2M, a nossa cerveja… 





Para bajar la comida un paseíto por el pueblo, y me paso por donde el pollo del centro de buceo para decirle que como me había parecido poco serio y los otros me habían tratado tan bien, al día siguiente me iba con ellos. El tío se disculpa y ya está. El resto de la tarde aprovecho para escribir este maravilloso blog, y mirar internet, que después de una semana ya tenía mono…
Luego salimos a cenar por la noche, una rica ensalada de tomate y queso, y unas croquetas de peixe, regado por unas buenas cervejas del lugar.

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