24 febrero 2023

25-08-22. Último día en Bangkok.

 

Nuestro último día de vacaciones. Como ya habíamos estado en Bangkok hace cinco años, no voy a decir que no nos quedaba nada por ver, pero aún así nos apetecía repetir la visita del palacio real.

Vista la poca cantidad de gente que nos habíamos ido encontrando durante el viaje, decidimos tomarnos la visita con calma, y si cuando llegamos al palacio cinco años antes, un cuarto de hora después de que abrieran estaba hasta arriba, esta vez, llegando a las once, no voy a decir que estábamos solos, pero sí que había bastante poquita gente.













Tras un par de horas en el palacio nos dirigimos al MBK, para, ahora sí, rematar las compras que nos quedaban. Y poco más dio de sí el día. A las cinco de la tarde teníamos que salir del hotel camino al aeropuerto para llegar a tiempo al avión. Nos quedaba un largo camino de vuelta a casa, ya que con los cambios de vuelo provocados por el cambio de destino inicial todavía tuvimos que hacer una noche en Dubai, con una escala larga, y otra más en Madrid.

23 febrero 2023

24-08-22. Visita de Sukhothai y traslado a Bangkok.

 

Después de un rico desayuno en el hotel (ya era hora, porque en el hotel anterior no lo teníamos), cogimos la moto y nos dirigimos al cercano parque arqueológico. Aunque muchas veces se le compara con Ayutthaya, a nosotros nos gustó éste mucho más. No solo porque todo está más cerca y con un entorno bastante más bonito, que también, sino sobre todo porque no nos hizo el calor abrasador que sufrimos en el otro sitio.

El parque estaba lleno de excursiones de colegios, cada uno con su uniforme, lo que le daba al recinto mucho colorido y animación.












Recorrimos tranquilamente la parte central, donde todo está muy accesible, y después cogimos la moto, que habíamos dejado aparcada en la entrada para acercarnos a la zona norte, a ver otro par de templos.




Aquí el calor ya empezó a ser un poco agobiante, así que para no saturarnos decidimos parar y aprovechar el tiempo restante en darnos un masaje en un sitio que habíamos visto a la orilla de la carretera. Para mí, sin duda, fue el mejor masaje del viaje.

También comimos, repitiendo en el mismo sitio donde cenamos el día anterior. Y tras devolver la moto en el hotel, cogimos una furgoneta que nos llevara al cercano aeropuerto, tras unos tres cuartos de hora de camino.

El aeropuerto de Sukhothai es pequeñito, con una sala al aire libre. Lo más curioso es que tiene una especie de zoo con cebras y otros animales según te llevan a la pista de despegue en un trenecito turístico.


Al llegar a Bangkok estaba jarreando, pero con el poquito tiempo que íbamos a estar en la ciudad no nos quedó más remedio que coger el chubasquero y salir a intentar hacer las últimas compras. Nos acercamos a algo que yo tenía catalogado como un mercadillo, el Pratunam Night Market, que quedaba cerca del hotel, pero fue un poco fracaso ya que era demasiado local, en nada orientado al turista. Aprovechamos para cenar por la zona, una cena que resultó excesivamente picante (y eso que pedí que no picara). Y sin tiempo para mucho más nos volvimos al hotel a pasar la última noche del viaje en Bangkok.

22 febrero 2023

23-08-22. Traslado a Sukhothai.

 

Otra vez nos tocaba día de transición, así que nos fuimos a la estación de buses a coger el que nos llevaría a Sukhothai. Compramos algún aperitivo en las tiendas de la estación, aunque había alguna que todavía estaba cerrada, y luego a aguantar las cinco horas de trayecto hasta Sukhothai, en la parte nueva. Una vez llegas allí te encuentras vendido y tienes que pasar por el aro de pagar lo que quiera el tuk tuk de turno para hacer los doce km. que nos separan de Old Sukhothai.

Al llegar al alojamiento lo primero que hicimos fue gestionar el traslado al aeropuerto del día siguiente, y también, aunque había leído que el método que se suele usar para visitar el recinto arqueológico es la bicicleta, nosotros optamos por coger una moto, cuyo alquiler también nos gestionó el hotel.

Como ya eran unas horas intempestivas para comer, nos pasamos por un 7 eleven que había cerca para coger un par de hamburguesas básicas e ir tirando. Luego intentamos relajarnos en la piscina del hotel, compartida con otro establecimiento, pero la presencia de varios niños jugando hiperactivamente dando voces, hizo que desistiéramos del empeño y nos volviéramos a la habitación.


Para cenar fuimos a un sitio que nos habían recomendado en el hotel, bastante cerca, y que estaba lleno de gatos, el Lom&fon kitchen. Cenamos fenomenal.

21 febrero 2023

22-08-22. Tercer día en Chiang Mai. Subida a Doi Suthep.

 

Para este día teníamos pensado subir a Doi Suthep andando, a través de una ruta que se llama Monk’s Trail. Para ello llamamos a un Grab, para que nos acercara los pies del monte. Pero hubo una confusión con el conductor. O no me entendió o no me supe explicar, pero nos acabó dejando en las cascadas Huay Kaew. Yo creo que el hombre se pensó que íbamos a subir andando por la carretera, en vez de por una ruta que sube por el medio del monte, y por eso nos dejó donde nos dejó. Ya que estábamos allí, aprovechamos vimos las cascadas, pero no vale la pena ir ex profeso a verlas.

Luego nos pusimos en camino para intentar encontrar el inicio del sendero, pero a los cinco minutos empezó a escañar agua como si no hubiera un mañana. Nos metimos como pudimos en una especie de aula de la naturaleza que había al lado del zoo, y a esperar a que escampara. Así que al final acabamos teniendo suerte de que el conductor nos dejara mal, porque si no, nos hubiera pillado la tromba a mitad de la nada. Cuando dejó de llover nos acercamos a una parada de songtaew, el tradicional transporte de Chiang Mai, que había allí mismo y estuvimos negociando con un conductor para que nos llevara hasta Doi Suthep. Después de una media hora esperando a ver si venía alguien más para compartir gastos, en vistas de que estaba todo bastante parado, decidimos coger la furgoneta para nosotros solos.

Al llegar arriba no había demasiada gente, así que pudimos disfrutar tranquilamente del recinto. La verdad es que es de las cosas que hay que hacer sí o sí en Chiang Mai.








A la vuelta nos estaba esperando el mismo conductor que nos había subido, y con el que habíamos quedado en que nos iba a parar en el Wat Phra Lat, que pillaba a mitad de camino. Es un sitio que también nos gustó bastante, aunque de nuevo se había puesto a llover ligeramente y no nos entretuvimos demasiado.



Así que el conductor ya nos bajó hasta la muralla, si bien cogiendo de camino a un matrimonio de escoceses jubilados que llevaban viviendo seis meses allí.

Después de cambiar un poco de dinero nos acercamos a ver un par de templos que quedaban bastante cerca del hotel y todavía no habíamos visitado, el Wat Lamchang, en el que estaban preparando una especie de celebración militar (creemos que una boda) y el Wat Chiang Man, prácticamente enfrente y que fue el que menos nos gustó de todos los que vimos.



Comimos por la zona y regresamos al hotel, yo a la tradicional siesta y Adela a disfrutar de la piscina, pequeña pero suficiente para refrescarse. Y cuando empezaba a caer el calor, para no ser menos que el resto de los días en Chiang Mai, nos dirigimos al mercadillo correspondiente. Esta vez, al ser día de diario, al mismo al que fuimos el primer día. Rematamos alguna compra que nos quedaba y volvimos a cenar un pad thai en el mismo sitio, igualmente sabrosísimo.



20 febrero 2023

21-08-22. Segundo día en Chiang Mai. Visitando sus templos.

 

El plan para el día de hoy era caminar todo lo que pudiéramos, visitando los principales templos de la ciudad. Nuestro primer destino nos pillaba de paso, y era el monumento a los tres reyes. El día había amanecido con una ligera llovizna, pero pronto paró.

Desde aquí nos pasamos por el cercano templo de Wat Inthakhin Sadue Muang, donde estuvimos solos.


Después nos acercamos al Wat Phantao, que habíamos visto iluminado el día anterior por la noche.

Seguimos caminando hasta el gran Wat Phra Singh, donde estuvimos un buen rato, prácticamente una hora.






Luego pasamos por el Wat Muen Ngoen Kong, quizá el más flojo de todos los que vimos, pero que tiene un buda reclinado curioso.


Y por último fuimos al famoso templo de los plateros, el Wat Sri Suphan. En este templo no dejan entrar a las mujeres en el interior del edificio principal, lo que indignó a Adela.




Desde aquí, después de llevar toda la mañana pateando, cogimos un tuk tuk hacia la estación de autobuses, y allí gestionamos nuestro traslado a Sukhothai para dos días después. Compramos los billetes, nos enteramos de los horarios, y dimos una vuelta para ver si había algún sitio en el que pudiéramos desayunar el día del bus, ya que en este hotel no teníamos el desayuno incluido. Compramos algunos dulces en una tiendecita de alimentación, y nos volvimos para el hotel.

Ya se nos había hecho la hora de comer, así que fuimos a un sitio bastante cerca del hotel que había leído recomendado, un sitio muy local llamado Grazie Thai Local Food que estuvo bastante bien. Después de comer, y con la pateada que nos habíamos hecho por la mañana, nos volvimos al hotel a echarnos la siesta, esperando que se hiciera la hora del masaje.

El masaje para mí no estuvo mal, sin tirar cohetes. Pero a Adela no le gustó demasiado, de lo flojo que se lo hicieron. Lo que mejor nos vino del masaje es que el sitio estaba justo a la entrada al mercado nocturno del domingo, en el que cortan bastantes calles del centro para montarlo, así que según salimos ya nos pusimos a curiosear por los distintos puestos hasta las 22:30 en que cerraron.