25 abril 2012

18-04-12 Nikko


A pesar de haber tenido paliza de tren el día anterior, este día decidimos ir a Nikko, ya que el pronóstico del tiempo nos era más favorable. Tras hacer trasbordo en Utsonomiya llegamos finalmente a Nikko. Nos acercamos andando al puente Sinkyo, y de ahí ya es un paso hasta la zona de los templos y santuarios. Este día el grupo andaba con bastante galbana. Llevábamos ya muchos días sin parar y el cansancio hacía mella. Y como tampoco teníamos prisa realmente, lo tomamos con calma. Estuvimos recorriendo los distintos templos, y el día realmente nos acompañó ya que estaba muy nublado, caía alguna gota de vez en cuando y en los bosques se estaba de mimo… Además apenas había gente con lo que se podía disfrutar tranquilamente de todo.





Al terminar de ver los templos nos planteamos subir a ver las cascadas de Kegon y aunque a mi no me hacía mucha gracia, la verdad es que luego sí que mereció la pena. Para ello tuvimos que bajar casi corriendo a la estación de vuelta, ya que con las horas que se nos habían echado encima no encontrábamos dónde comer, y pillar allí mismo un 24 horas abierto para comer algo… También nos sirvió el bajar a la estación para coger allí un billete de autobús para todo el día, que si lo hubiéramos sabido de antemano, no hubiéramos subido ni bajado andando…


En la zona de las cascadas todavía había algún nevero en la carretera, y pudimos ver cerca del lago, los famosos monos… En las cascadas sí que estuvimos solos, quitando unos con manto azafrán… En el camino de vuelta a Nikko nos enteramos de que el Ru había aprobado las oposiciones de Oficial, así que una nueva alegría recorrió el grupo…
A la vuelta de Nikko nos acercamos al ayuntamiento, en la zona de Shinjuku, donde subimos al piso 45 para disfrutar de las vistas de Tokyo por la noche… Alucinante.



Y luego, a la hora de cenar, tiramos para Shimokitazawa, un barrio que yo había leído que tenía bastante ambiente y sitios chulos pero fuera por el día o fuera por la hora, me decepcionó bastante.

Solo nos quedaba, de nuevo, el regreso al hotel. Cabe decir que este día Juan Alfonso tampoco estuvo con nosotros ya que te fue a ver el castillo de Matsumoto, y nos juntamos en la torre del ayuntamiento.

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