14 septiembre 2015

16-08-15. Santa Lucía.

Después de tomar un rico desayuno casero nos fuimos andando a dar una vuelta por el mercado de artesanías del pueblo, esperando que se hiciera la hora en que nos pasaran a buscar para hacer el paseo en barca. Lo hicimos con Shakabarker, de quien había leído buenas críticas. Puntuales nos pasaron a recoger. Luego seguimos recogiendo gente por los distintos alojamientos, hasta que llegamos al embarcadero. Nos explicaron un poco la historia del parque, Isimangaliso, la extensión, lo que podíamos ver, y nos pusimos en marcha. Lo primero fueron unos cocodrilos, y luego, cada vez que veíamos algo, se paraba y te explicaba lo que era. Fue bastante similar al sunset cruise que hicimos hace dos años por el Zambeze, salvo que en este no había alcohol y vimos bastantes más animales.











Luego nos dejaron otra vez en el alojamiento, donde preguntamos a la dueña si había hablado con la del otro sitio y estaba todo correcto. La llamó delante de nosotros y nos dijo que no había ningún problema, así que nos fuimos a hacer alguna comprita por el pueblo, alguna artesanía, sacar dinero del cajero (comprobado que sale más barato sacar del cajero que cambiar, por lo menos a nosotros), comer una hamburguesa, echar gasolina y salir pitando para el parque en sí, para hacer el recorrido en coche, que andábamos un poco pillados de tiempo.
Francamente, el parque nos sorprendió mucho para bien. No esperábamos ver tantas cosas. Nos fuimos metiendo por los distintos loops, disfrutando con lo que iba apareciendo. Lo primero fueron unos rinos, y en seguida waterbacks, kudus, facoceros. Además el paisaje cambiaba de continuo, fue un paseo muy ameno. 












Llegamos a Cabo Vidal bastante tarde, allí ya no quedaba ni el tato, se estaba haciendo de noche, así que la vuelta la hicimos sin parar salvo para tomar alguna foto del atardecer.



Salimos del parque casi al límite, y tiramos carretera arriba a nuestro alojamiento, en Mkuze, fuera del parque, para entrar pronto al día siguiente. El sitio se llamaba African Spirit Game Lodge, un nombre muy sugerente. Sin yo darme cuenta estaba situado dentro de una reserva privada. Había programado mal el gps, y cuando llegamos a destino allí no había nada. Venga a dar vueltas para un lado y para otro, por caminos de tierra oscuros, sin una triste luz, perdidos de la mano de dios… hasta que saco la reserva para mirar el teléfono y que me dieran indicaciones, y veo que ponen directamente las coordenadas. Así ya llegamos directos, después de casi una hora dando vueltas a lo tonto. El alojamiento era muy chulo, una casa con salón y dos habitaciones para nosotros solos. Que como no teníamos otra cosa que hacer nos vino muy bien para rehacer maletas, empaquetando lo que ya no íbamos a usar, y ordenar un poco el coche.

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