Hoy, como buen domingo, teníamos que ir a misa. Para ello nos dirigimos al barrio de Harlem, a la Bethel Gospel Assembly. Elegimos esta porque era la que tenía la misa más temprano, a las diez, mientras que el resto de las que estuve mirando la tenían a las once y el día nos cundiría menos. Había una cola bastante larga, esperando que abrieran para entrar, pero luego estaba todo bastante bien organizado y la parte superior de la iglesia, donde nos colocan a los turistas, era enorme y no tuvimos problemas de sitio. La experiencia del gospel nos gustó mucho. Luego ellos pasan el cestillo y tú si quieres colaboras y si no quieres pues no echas nada. Llega un momento en el que se acaban los bailes y los cantos, e informan a los turistas que ya no va a haber más espectáculo, y que el que quiera se puede ir, y aquello se quedó vacío. Nosotros nos quedamos cinco minutos más, pero empezaron los parroquianos a salir a dar testimonios y era un poco tostón.
Desde aquí nos acercamos andando al teatro Apollo. Cuando vas por la avenida Malcom X vas viendo iglesia tras iglesia, así que supongo que también se podrá entrar en una cualquiera. Antes de llegar al Apollo entramos en unos almacenes Marshall que había en la esquina, donde compramos algo de ropa para la familia. En el teatro hicimos las fotos de rigor y ya está.
El siguiente destino era la Hispanic Society, un sitio al que tenía un cariño especial ya que estuve con mis padres en el año 1996, cuando las cosas eran de otra manera, y guardaba un buen recuerdo. La colección de murales de Sorolla justifica la visita por sí sola.
Otra vez se nos había hecho tarde para comer algo, y buscando en google maps vi un sitio que podía cuadrar, al lado del museo: Empanadas Monumental. Probamos distintos tipos de empanadillas en un lugar donde todos hablaban castellano, tanto camareros como clientes. Se notaba que era un barrio mayoritariamente hispano. Volvimos a coger el metro para acercarnos a la universidad de Columbia y a la catedral de San Juan el Divino. Nos encontramos que era la ceremonia de bienvenida a los nuevos estudiantes, y había un montón de familias bien trajeadas, engalanadas para la ocasión. Los vigilantes, al no tener nada que ver con el acto, no nos dejaron entrar al campus. No sé si de otra manera nos hubieran dejado, pero aún así estuvo curioso ver todo adornado con globos y guirnaldas. A la catedral no llegamos a entrar porque el precio nos pareció excesivo: 15 $. Nos contentamos con hacer la foto de la fachada.
Ya de vuelta a nuestro barrio hicimos un segundo y exitoso intento en la tienda de B&H Photo, donde compré una correa para la cámara y un par de tarjetas de memoria. Tras descansar un rato en el hotel volvimos a coger el metro para ir al muelle de la calle 34. Ahora nos tocaba el “crucero” para ver los edificios iluminados por la noche desde el río. Nos gustó muchísimo.
Desembarcamos en Wall Street, y ya que estábamos tan cerquita, nos pasamos a ver el edificio de la bolsa de Nueva York con su estatua de The Fearless Girl. Rematamos la jornada cenando en la misma pizzería que el día anterior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario