20 noviembre 2025

23-08-2024. Rematando Washington y traslado a Nueva York.



Después de desayunar en la habitación del hotel nos fuimos al teatro Ford, donde tuvo lugar el atentado contra el presidente Lincoln. Me resultó curioso que el teatro pertenece al Servicio de Parques Nacionales, así que la visita guiada nos la hizo un ranger.



Desde aquí nos acercamos a la Casa Blanca, lo que es hacer la foto y ya. Nos quisieron entrevistar para una tele, para opinar sobre el conflicto de Palestina, pero declinamos la invitación.



Lo que nos quedaba era visitar el National Mall de día, aunque de noche solamente habíamos visto una pequeña parte. Primero nos pasamos por la zona del obelisco a Washington, para luego continuar andando bajo un sol de justicia hasta el memorial de la Segunda Guerra Mundial.





Seguimos con los distintos memoriales como a las mujeres de Vietnam o los veteranos de Vietnam. Nos encontramos con alguna excursión de gente con viseras conmemorativas.




Volvimos a pasar por el memorial de Lincoln, que al contrario que la noche anterior, estaba lleno de gente.



Comenzamos a dar la vuelta para ver el memorial de los veteranos de la guerra de Corea, y luego llegar al memorial de Martin Luther King, que nos gustó bastante.




Y ya, para rematar la paliza de caminar, nos quedaba el memorial a Jefferson, donde llegamos tras atravesar una zona de obras por la que tuvimos que dar una buena vuelta.





Para volver al hotel pensamos hacerlo en el bus que va recorriendo el National Mall. En teoría pasaba cada diez minutos, pero después de estar 45 esperando, optamos por coger un uber. Por supuesto que el uber y el bus llegaron a la vez. El uber nos llevó a la zona de Federal Triangle, donde había leído que había sitios para comer. Pero ya era demasiado tarde y estaba todo cerrado, así que nos cogimos el metro para ir a la estación de trenes de Union Station, de donde en un par de horas saldríamos para Nueva York. Aquí tomamos una hamburguesa en la cadena Shake Shack.

Tras pasar por el hotel a recoger las maletas volvimos de nuevo al caos de la estación, con una señalización bastante deficiente y con varias colas mezclándose, de modo que no sabías dónde tenías que colocarte. Además el tren venía con retraso, y hasta el último momento no nos abrieron el control para poder acceder al anden. Vamos, que Chamartín parecía un paraíso en comparación.

Finalmente llegamos a la gran manzana una hora tarde. Solo nos quedaba llegar a nuestro hotel, el Hilton Garden Inn New York/Manhattan-Chelsea, y comprar algo para desayunar al día siguiente.

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