10 abril 2014

22-03-14 Nos despedimos de Teheran y volvemos a casa




Este día sí que se cambia la hora, y nosotros vamos a aprovechar lo poco que nos queda para ver otro de los palacios de los Pahlevi. Menos mal que vamos pronto, porque luego vemos las colas que se montan por el noruz y son bastante largas. El palacio, al igual que el del día anterior, es más bien un conjunto de recintos, construidos en el falda de la montaña al norte de la ciudad. También se pueden escoger los que vas a ver. Nosotros compramos el de la residencia principal, el del palacio de recepciones y el museo de los coches. Igual que ayer, tampoco nos dejan hacer fotos. Alireza siempre se encara con ellos, diciendo que si nos están preparados no es culpa del turista, que más gente hay en el British o en el Louvre y allí se las apañan para que la gente haga fotos. Los pabellones están bastante separados unos de otros, y hay que subir unas cuestas por el monte, así que tardamos un rato en ir de un lado a otro. Los palacios son muy similares a los del día anterior. Hubo dos Pahlevi, y cada uno construyó un complejo. A mí me llama especialmente la atención el pabellón de los coches, con tres Rolls Royce y cuatro Mercedacos terribles.
Ya solo nos quedaba tomar un último café de despedida antes de ir al aeropuerto.





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