09 abril 2014

21-03-14 Teheran


Ya nos extrañó a nosotros que en el restaurante no hubiera nadie desayunando… Cuando faltaban diez minutos para las nueve y media, hora en que habíamos quedado con Alireza, nos llama a la habitación para decir que no habían cambiado la hora, y que todavía tardaba una hora en llegar. En fin. Nuestro primer destino es el museo arqueológico (entrada 150.000). Había llamado por teléfono y le habían asegurado que abrían a las nueve y media. Pero una vez allí nos dicen que hasta las diez nada. Está bastante bien y aunque no es muy grande, tardamos hora y media en verlo, por las abundantes explicaciones de Alireza. 



Luego nos decantamos por acercarnos al museo del vidrio y la cerámica (entrada 100.000), situado en un antiguo palacio Kajar de finales del s.XIX, fue rehabilitado por la famosa Farah Diva para crear el museo este. En su época era vanguardista. Ahora creo que no merece mucho la pena. 




Desde aquí vamos a tomar un café y a descansar un ratillo, mientras Alireza nos ilustra con la mitología zoroastriana. El siguiente punto es el palacio museo Niavaran. Es la antigua residencia de los Pahlevi. En su interior hay distintas exposiciones y recintos, y según los que quieras visitar, así pagas. Nosotros vemos tres cosas y pagamos 350.000. Vemos lo que es el palacio de recepciones, de época Kajar, con los regalos de los distintos dignatarios al sha, salas de reuniones… Hay algunas salas cerradas con motivo del noruz. Nos dice Alireza que temen avalancha de visitantes, o quizá no quieren mostrar al pueblo cómo vivía el sha.



La segunda parte es el sótano de la casa, decorado por Farah Diva… está puesto moderno, el igual que en la parte superior, hay bastantes habitaciones cerradas. Además no dejan hacer fotos. Por fin la tercera parte es la residencia privada de los Pahlevi. Es un edificio un tanto insulso desde fuera, pero por dentro no está mal. Aquí ya hay muchas habitaciones cerradas, ante la indignación de Alireza. Incluso en una habitación no me dejan hacer fotos. Me dicen que hay un cartel que pone que está prohibido, pero está en Persa. En norma nueva del Noruz. Si hubiera venido ayer no hubiera habido problemas… Tonterías de esta gente que no tienen sentido.

Salimos del palacio a las tres y media, hora más que decente para ir a comer, y más si tenemos en cuenta que hemos desayunado una hora antes por el falso cambio de hora. Lo hacemos en una pizzería camino a la torre Milad, la torre de telecomunicaciones. Aquí hay una especie de centro comercial y de convenciones. Está bastante bien. Subir hasta el mirador cuesta 90.000. La puerta del ascensor es transparente y da cosa ver la ciudad según van subiendo. Da más cosa según vas bajando. Las vistas desde lo alto son muy chulas, la vista no abarca a ver los límites de la ciudad, con todos los escalextris que tiene… Eso sí, para entrar hay que pasar por el detector de metales en dos filas, una para hombres y otra para mujeres… Al final resulta una buena manera de pasar la tarde, distinta a cualquier otra cosa que hayamos hecho. De aquí, de vuelta al hotel, a preparar la maleta y descansar un rato.





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