04 abril 2014

16-03-14 Camino a Isfahan


Este día se ha dividido en dos partes bien diferenciadas. La primera parte, hasta las dos y media de la tarde en que hemos llegado a Isfahan, ha sido carretera, carretera y carretera, con dos breves paradas para ir al baño. En total, cinco horas de coche. Sobre los baños de carretera podría hablar, sin embargo me voy a abstener de hacerlo para no herir sensibilidades. Hemos hecho el check-in en el hotel, y ni siquiera hemos subido a la habitación. Como ya era un poco tarde para lo que por aquí se estila, directos a comer. En esta ocasión, unos bocatas de kebab turco, el de toda la vida, el que gira en el palitroque. Pero sin salsa, solo la carne y verduras.
Luego nos hemos ido a tomar posesión de la habitación del hotel, el Abbasi, un hotel de cinco estrellas, superalucinante, casi tan recargado como las construcciones kayares, pero con mejor gusto. El jardín es muy agradable, las alfombras, moquetas, lámparas… todo merece la pena. Ya a las cinco y media hemos ido a dar un paseo a la mal llamada plaza del Imán, nombre que adoptó tras la revolución en honor al sr. Jomeini. Entrar en la plaza es alucinante, por mucho que esperes, no deja de sorprender, las dimensiones, todo… No sé, me ha encantado. Hemos llegado a la hora buena para hacer fotos, con la luz del atardecer. Sin embargo, rápidamente se ha ido, y ha comenzado a hacer un frío del carajo. Hemos recorrido un rato el bazar interior de la plaza, justo hasta que se ha hecho de noche, y he seguido haciendo fotos, mientras mi madre entraba en la mezquita. 










A las ocho menos cuarto estábamos de vuelta en el hotel, mi madre heladita, y yo he seguido dando un paseo hasta el río, donde he estado sacando fotos al puente de los 33 arcos. Y vuelta corriendo al hotel, también me estaba quedando chupitel…




En este hotel la conexión a internet funciona como Dios (o Alá) manda, así que aprovechando el Skype para conectar con la familia. La cena la hacemos en el mismo hotel. Pensábamos que nos iban a dar la gran clavada, pero hemos cenado los dos, dos platos cada uno, con bebida y postre por menos de 20€ en total. Sin duda, ha merecido la pena.
Y ya deseando que llegue mañana para meternos a fondo con la perla del viaje.

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