24 febrero 2024

04-08-2023. Mausoleos reales y pagoda Thien Mu.

 

Después de desayunar y de alquilar la moto en el mismo hotel nos pusimos en marcha hacia las tumbas reales. La moto tenía bastante buena pinta, y se comportó bien.

El primer destino fue el mausoleo del emperador Minh Mang. Fuimos primero al que estaba más lejos, y se nos hizo un poco pesado. Además en algún momento tuvimos que coger una carretera de dos carriles, y la moto, con dos personas, iba algo justa.

No vimos indicada de una manera clara la manera de llegar al parking “oficial”, que posiblemente nos pasásemos, así que cuando un poco más adelante vimos un letrero de parking, allí nos metimos, aun sabiendo que nos iban a cobrar. Pero no, un lugareño muy amable tenía una especie de chiringuito, que realmente eran unas mesas en el garaje de su casa, y nos dijo que si hacíamos una consumición, no nos cobraba nada.

Nos tocó recorrer un camino más o menos largo bordeando la muralla de piedra, hasta que llegamos a la entrada. El día anterior, en la Ciudadela, habíamos comprado la entrada conjunta a estos mausoleos, así que después de que nos la comprobaron, entramos al recinto, prácticamente solos.




Era más grande de lo que pensaba, y teníamos más visitas que hacer, así que una vez visto todo lo que se podía, y después de habernos tomado un par de botellas de agua en el parking (que aunque no nos hubiese “obligado” nos las habríamos tomado igual) nos dirigimos al siguiente punto, ya volviendo hacia la ciudad. Era el mausoleo del Emperador Khai Dinh. Aquí ya había bastante más gente, y un aparcamiento bien organizado por el que tenías que pagar. El recinto en sí no era demasiado grande (quizá por eso aparentaba estar lleno). Pero como la gente iba y venía en oleadas había momentos de relativa soledad. De los tres que visitamos fue el que más nos gustó.





Y por último fuimos al del emperador Tu Duc, ya relativamente cerca de la ciudad. Este era un recinto bastante grande, con varios edificios, y al que llegamos a más de las doce. Eso quiere decir que el calor apretaba de lo lindo. Aguantamos como pudimos el bochorno y sin disfrutarle como se merecía, pusimos rumbo al hotel para descansar con el aire acondicionado.




Después de una breve siesta, y teniendo claro que a Adela no le interesaba la visita, estuve dudando entre ir o no ir a la pagoda Thien Mu. La cosa es que había que ir en moto, y cuando vamos los dos yo voy conduciendo mientras ella me va guiando con el gps. Pero claro, al ir solo, no puedo llevar el gps y conducir a la vez. Pero bueno, después de comprobar el recorrido en el plano y ver que realmente era hacer dos ángulos rectos, me armé de valor y para allá que me fui yo solo.

La verdad es que me gustó la experiencia, y también el haber ido. Es casi más el valor simbólico, por eso de que guarda el coche del monje que se quemó a lo bonzo, pero me mereció la pena.






A la vuelta, a mi pesar, Adela ya había descansado del todo y estaba entera, y estuvimos el resto de tarde-noche de compras por toda la zona peatonal. La verdad es que al ser viernes por la noche había muchísimo ambiente, con toda la chavalería de fiesta.

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