29 mayo 2015

13-05-15 Khor Virap, Noravank, Aghitu Memorial, Vorotnavank

(esta entrada se la quiero dedicar a mi amigo Fernando, que en el día de hoy cumple años, aunque sigue estando hecho un chaval)



Khor Virap es el punto más cercano a la frontera con Turquía, y el punto donde tradicionalmente se contemplan las mejores vistas del monte Ararat, tan añorado por los armenios. Está relativamente cerca de Yerevan, y según vamos llegando nos va contando del acuerdo con los rusos para la defensa común de la frontera, de la zona de exclusión a ambos lados, de los pueblos “armenios” que viven al otro lado, y de que el gobierno da mucho dinero a las personas que viven en pueblos cerca de la frontera para atarles al terreno.
Así que amanecimos pendiente del tiempo, de si iba a estar despejado o no. En definitiva, si iba a poder sacar la típica foto del monte. Adelanto que no fue posible. El monasterio en sí está bastante bien. Fue el lugar donde Gregorio el Iluminador pasó trece años preso, hasta que el rey Tiradades III se convirtió y le sacó. Se conserva la mazmorra, un poco agobiante. Hay que bajar por unas escaleras de gato, un sitio bastante estrecho, que creo que no merece mucho la pena, pero que como buen aventurero no se puede dejar de visitar. 


Luego me puse a triscar un rato por el monte, para sacar la foto del monasterio desde arriba. Y estaba yo a lo mío cuando me aparece un hombre, hablando en armenio, diciéndome (o eso fue lo que le entendí) que si era azerí, que si de Bakú (claro, eran dos palabras que no paraba de repetir), que si la guerra tatatatata… yo intentaba no hacerle caso, pero claro, estábamos él y yo solos en la cima y era difícil. Hasta que dijo money money… vamos, que le diera algo de dinero. Así que metí la mano en el bolso, saqué unas cuantas monedas sueltas y se las di al señor, que muy agradecido me plantó un par de besos, con unas barbas que no veas tú.




Maravillosas vistas del Monte Ararat




Seguimos camino, y nuestro siguiente destino es el monasterio de Noravank. Particularmente es uno de los que más me gustó, por el edifico en sí y por el entorno en el que está. Además, quitando un par de honrosas excepciones en las que había algún grupo pequeño visitando los monasterios, en la mayor parte estábamos solos haciendo la visita. Y este fue uno de ellos. Además creo que se le añadió que nos hizo bastante buen tiempo, y eso ayuda. La figura de Jesús tiene rasgos mongoles, con ojos achinados y pelo trenzado, para que los invasores respetaran las figuras.









Lo siguiente que hicimos fue parar a comer, en un sitio súper chulo. La pena es que mientras estábamos comiendo, se puso a jarrear de nuevo. Nos gustó especialmente el yogurt de este sitio.







Después de comer paramos en el Memorial Aghitu. Para mí es el típico sitio que históricamente tendrá su valor, y que está incluido en la ruta por hacerla más ligera, por no hacerla del tirón, pero del que tranquilamente se puede prescindir.



Para cumplir el plan de viaje solamente nos quedaba Vorotnavank. Al contrario que en otros sitios en los que ver solos el monasterio te daba tranquilidad, en este caso la sensación fue de desolación. Está bastante abandonado. Sin embargo es de los pocos en los que se conservan restos de los frescos. Además se nos había vuelto a meter la humedad, hacía frío, el sitio estaba un poco sucio… Aun así mereció la pena la visita.





Ya solamente nos quedaba llegar a Goris, donde se ubicaba nuestro hotel. Por supuesto llovía, la ciudad era oscura, llegamos de noche y ya no salimos del hotel. En la cena aquí coincidimos con Aitor, un chico de Pamplona que había salido con la moto desde España y se dirigía a Irán, y ahí estuvimos, compartiendo charla, aventuras y consejos.

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