03 marzo 2014

Atrapado en el tiempo en Tromso (II). Objetivo cumplido: hemos visto la aurora. 7 de febrero de 2014.


Pues nada, seguíamos con la rutina, que todos dimos por buena: no madrugar mucho, desayunar con calma, yo leer en modo autista (me enganchó La Torre Oscura, de Stephen King) y salir tranquilamente. Atrapado en el tiempo en Tromso. Lo primero, ir a la oficina de turismo, a reservar el viaje de la aurora. Luego, ir al super a hacer la compra: tomate, esta vez tomate. Azúcar, que se nos había olvidado para el desayuno. Y más pan... Luego paseo por el pueblo. Nos dirigimos al museo Retrospective, donde nos iban a dar información sobre la semana de cultura Sami. Pensábamos que el museo estaría dedicado a esta gente, pero no. Había una exposición de fotografía italiana de los años 60. A mí me gustó, pero estaba un poco fuera de sitio. Pero sí, en información del museo nos dijeron el programa para el fin de semana. En resumen, el concurso de lanzamiento de lazo el sábado por la mañana, y la carrera de renos el domingo por la mañana. Así que ya que estábamos, compramos las entradas para la carrera de renos.
 


Después volvimos al apartamento, a prepararnos para la excursión de la aurora. Atrapado en el tiempo en Tromso: pasta para comer, preparar los bocatas para la noche... y a las cinco y media teníamos que estar en el punto de partida. Llegamos a menos cuarto, y adquirimos una nueva costumbre: preguntar tarde si hacían descuento para estudiantes. 
El viaje para ver la aurora consiste en que te meten en un autocar y a hacer kilómetros hasta que encuentras un sitio sin nubes donde haya más posibilidades. La primera parada la hicimos a la hora y pico de salir, en una gasolinera, a comprar algo de picar e ir al baño. Luego seguimos y poco más adelante, pero el guía ya nos dijo que no daba un duro. La cosa es que te dejan en un descampado, alejado de cualquier fuente de luz para que no haya contaminación lumínica, y a esperar. Este primer sitio sirvió para ir cogiendo maña con la cámara. Porque ver, lo que se dice ver, nada.



Seguimos un poco más adelante, otro rato más, otro descampado más, y en esta ocasión ya hubo algo más de suerte. Sobre la montaña parece que se quería ver algún destello verde. Montas la cámara, haces la foto y, efectivamente, allí está. Pero casi porque lo dice la cámara, no porque lo estés viendo tú. De nuevo otros veinte minutos, y de vuelta al autocar, a hacer más kilómetros... Espera, que Anuar ha perdido el móvil... A buscar por la nieve, llamad por teléfono... ah, no, que estaba en la mochila...


Y ya, por fin, el sitio definitivo, el sitio en el que si no lo vemos, ya no hay remedio. Nos dijeron que las mayores posibilidades de ver la aurora eran de las 8 a las 11 de la noche. Y pasaba el tiempo y nada de nada. Pero aquí sí que tuvimos algo más de suerte. Aparte de lo que sacaba la cámara sí que veíamos un destello verde. No muy intenso, pero ahí estaba. 



En esto nos dieron las once de la noche, la hora de vuelta. No demasiado contentos volvimos al autocar, preguntándonos si esto contaba como haberla visto o no, si nos dejarían volver al día siguiente por la mitad de precio o no.
En esto estábamos esperando a arrancar porque una señora argentina había perdido un gorro de piel, de estos rusos (no es Anuar el único que pierde cosas), y mientras lo buscaba la señora, yo, en el autocar, pasando las fotos de la cámara al móvil, y del móvil a internet. Esto es lo que tiene viajar en un autobús con wifi. Y el resto de la panda, afuera, haciéndose fotos. Y de repente, entran dando voces: corre, corre, que ahora sí que se ve de verdad!! Yo ya me había quitado el abrigo, los guantes, el gorro, y sin pensármelo dos veces, ni ponerme todo el estaribel de nuevo, para no perder tiempo, ahí salí corriendo. Y ya no doy más la paliza. Os dejo con las fotos. 









El itinerario que seguimos, por cortesía de Garmin... Caza de la Aurora Boreal de Nachingo en Garmin Connect: Detalles

No hay comentarios:

Publicar un comentario