29 julio 2014

11-07-14 Umm Gammar y de vuelta a Hurghada.


Nuestra última inmersión, en el mismo sitio de la nocturna del día anterior. No voy a decir nada nuevo, nada que no haya dicho antes... Arrecife, muy tranquila, visibilidad espectacular, vida a mogollón.... pero la última...





Y así hicimos 19 inmersiones. No fueron las 20 programadas, pero creo que no nos podemos quejar. Como a la una del medio día amarramos en Hurghada. Fue acercarnos a la costa y volver a sentir el calor abrasador del primer día. Mientras estuvimos en el mar, todo tranquilo, tan fresquitos, pero Hurghada es un secarral en medio del desierto y se nota. Matamos el tiempo haciendo la zarramanga en el barco, hasta que a eso así de las siete, una vez que anocheció, bajamos a la ciudad, a hacer alguna compra y a cenar carne de camello. Hurghada no tiene nada para ver. Nos dejaron en una calle turística donde todas las tiendas tenían los letreros en ruso, señal del turismo masivo de la zona. Mientras todos intentaban atraernos a sus negocios de regateo, entramos en la primera tienda con precios fijos que vimos y ahí compramos todo, que fue casi nada. 
Lo de la cena de después fue un cachondeo, ya que tardaron más de dos horas en servirnos. Estábamos ya que nos subíamos por las paredes. Menos mal que al final la carne de camello estaba riquísima. 
Al día siguiente, a las tres y media arriba. Yo, que me hice un poco el remolón casi me quedo en el barco. Estaba todo el mundo ya esperando en las furgonetas, y a mí me tocó bajar las dos maletas a huevo, dormido, meterlas en la última lancha... todas estas prisas, como siempre, para llegar al aeropuerto cerrado y tener que esperar allí media hora a que abrieran... con lo bien que hubiera estado yo otra media hora en la cama...
Tras una breve escala en el Cairo, de nuevo vuelta a Madrid, con la sensación de que, no sé cuando, pero volveré al Rojo, sin duda...

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