05 julio 2013

30-03-2013. Últimas compras y de vuelta a casa

El avión nuestro salía a las diez de la noche. Con lo cual teníamos que estar en el aeropuerto a las ocho, así que teníamos que salir de Ueno a las seis de la tarde, más o menos.
Como tampoco teníamos muchas cosas que hacer ni mucha prisa nos tomamos la mañana con calma. Esperamos a que Kaskos se levantara para despedirnos de él. Le observamos mientras comía esa delicatesen que es el natto… que a Adela se le revolvió el estómago solo de olerlo… cada vez más lejos se iba…
Acompañamos a Kaskos hasta el hotel cápsula, para ayudarle a llevar las maletas, y quedamos a comer con él en la estación de Ikebukuro. Luego, para variar, nos fuimos por Ameyoko y Asakusa para terminar de rematar las compras que nos faltaban. A puntito estuvimos de coger un paraguas para mi madre, que cambiaba de color cuando se mojaba, pero era bastante aparatoso, teníamos todas las maletas hechas y al final no nos decidimos.
Al rato ya nos marchamos para Ikebukuro y estuvimos comiendo en la planta octava de unos grandes almacenes, concretamente en un okonomiyaki. Tardaron un buen rato en servirnos, lo que hizo que ya anduviéramos pillados. Tras despedirnos de Kaskos marchamos corre que te corre a recoger las maletas al hotel, llegamos de milagrito a coger el tren para el aeropuerto (salía en dos minutos) y si hubiésemos tenido que esperar al siguiente, no es que hubiésemos perdido el vuelo, pero casi. Bueno, así estuvimos menos tiempo esperando en el aeropuerto.
El vuelo lo hicimos de noche, así que a dormir. Otra vez nos tocó en el Airbus A380, que no se meneó en todo el trayecto. Teníamos otro par de horitas en Dubai, que aprovechamos para comprar algo, lo justo para estar entretenido.



Al final el avión salió con algo de retraso, con lo que llegamos a Madrid un poco tarde. Nuestras maletas salieron de las últimas (alguna vez nos tenía que tocar) con lo cual íbamos a perder el tren. Afortunadamente en la T4 del aeropuerto hay una oficina de Renfe, donde cambiamos los billetes por un pequeño sobrecoste de 14 euros. El nuevo salía tres cuartos de hora más tarde, solamente, pero fue lo justo para poder llegar con tranquilidad.

Así terminó este pequeño viaje a Japón. No creo que vuelva a hacerlo otra vez tan corto. Al final no te cunde mucho, aunque merece la pena. Y ahora… a preparar el siguiente viaje…

No hay comentarios:

Publicar un comentario