De nuevo nos acercamos a la zona de Cirkewa. En la primera inmersión, la Patrullera P-29 es hermana gemela de la patrullera que vimos el primer día.
La segunda inmersión tampoco dijo mucho. Está visto que en Malta, en cuanto te sales de los pecios, poco hay que rascar.
Pero bueno, el buceo del día de hoy no se había terminado. Gracias a mi insistencia nos apretamos una inmersión nocturna, de nuevo de vuelta en Cirkewa, que es lo que más cerca nos pillaba. Aunque al principio da pereza, volver a ponerte el traje húmedo, dejar a la gente tomando cervecitas en la terraza del bar, saber que vas a cenar tarde... al final esta inmersión mereció bastante la pena, y es una de las que más recuerdo del viaje.
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