13 agosto 2017

12-08-17. Llegada a Vientián.

Tras llegar a Bangkok el día anterior sin ningún problema, y después de un sueño más o menos reparador, deshicimos el camino al aeropuerto de Suvarnabhumi para desde allí coger el autobús gratuito que nos acercara al otro aeropuerto. Al llegar al mostrador nos pidieron los billetes de avión de ese día desde el aeropuerto de Don Mueng, imprescindibles para acceder al bus, pero se pueden crear facilmente para este menester unos billetes falsos a partir de la página http://www.returnflights.net/ en caso de necesidad. Alrededor de una hora nos llevó el trayecto entre los dos aeropuertos.
Igualmente al llegar a Laos (oficialmente República Democrática Popular Lao) las cosas se dieron realmente bien. Conseguimos la visa on arrival al precio de 35$ tras una breve cola de cinco minutos, pasamos el control de pasaportes y justo las maletas salían al llegar a la cinta. Cambiamos algo de dinero (a 9712 kips por €) y reservamos el taxi en el mostrador que hay justo antes de salir de la terminal. En total, algo más de media hora desde que salimos del avión hasta que llegamos al hotel.
A pesar de haber leído en bastantes sitios que esta capital no es un sitio que merezca mucho la pena, yo quería ir entrando en el viaje de una manera progresiva, y pese a la escasez de tiempo, tomarme las cosas con calma. Por eso decidí pasar aquí día y medio, para aclimatarnos y acostumbrarnos al jet lag. Tras un rato de descanso en el hotel nos dirigimos a explorar la ciudad. Nuestro primer destino fue That Dam, o estupa negra. Poco que reseñar.



A continuación nos dirigimos a Wat Si Saket (entrada 10.000 K), un bonito recinto lleno de budas, y en cuyo edificio principal no dejan hacer fotos. Las pinturas del interior, muy interesantes. El templo debe permanecer aún en uso puesto que en el recinto hay otros edificios más modernos en los que vimos algún monje.




Justo enfrente está el Haw Pha Kaeo (entrada 10.000 K), en cuyo interior hay un museo que no nos dijo gran cosa. No obstante el edificio es bonito.



Después de un paseo llegamos al mercado Talat Sao, pero estaban casi todos los puestos recogidos, así que nos volvimos al hotel a descansar otro rato, ya que hacía muchísimo calor y humedad. Cuando anocheció nos atrevimos a salir de nuevo, pero no había refrescado demasiado. Nos acercamos a una agencia de viajes a comprar el billete a Van Vieng. En la primera solo vendían billetes de autobús, a 50.000, pero yo quería ir en minibus, en teoría más rápidos, así que nos acercamos a otra que tenía los billetes de bus a 40.000 y los de minibus a 50.000. Tras acordar que nos recogerían a las 9:30 nos fuimos a recorrer el mercado nocturno. Este mercado fue un poco decepción, ya que aparte de estar abarrotado (un poco agobiante, también por el calor) casi únicamente tiene ropa, pero ropa de vestir normal, playeros, camisetas, bolsos, fundas para el movil. Nada orientado remotamente al turista. Un par de puestos de pantalones anchos de elefantes y ya está. 


Así que después de media hora nos fuimos a cenar. El sitio que elegimos, Chez Joseph, estuvo bien, era de comida árabe pero nos pareció un poco caro para ser Laos (110.000 K por persona). Ya solo nos quedaba regresar al hotel a ver si el jet lag nos dejaba descansar.

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