21 febrero 2023

22-08-22. Tercer día en Chiang Mai. Subida a Doi Suthep.

 

Para este día teníamos pensado subir a Doi Suthep andando, a través de una ruta que se llama Monk’s Trail. Para ello llamamos a un Grab, para que nos acercara los pies del monte. Pero hubo una confusión con el conductor. O no me entendió o no me supe explicar, pero nos acabó dejando en las cascadas Huay Kaew. Yo creo que el hombre se pensó que íbamos a subir andando por la carretera, en vez de por una ruta que sube por el medio del monte, y por eso nos dejó donde nos dejó. Ya que estábamos allí, aprovechamos vimos las cascadas, pero no vale la pena ir ex profeso a verlas.

Luego nos pusimos en camino para intentar encontrar el inicio del sendero, pero a los cinco minutos empezó a escañar agua como si no hubiera un mañana. Nos metimos como pudimos en una especie de aula de la naturaleza que había al lado del zoo, y a esperar a que escampara. Así que al final acabamos teniendo suerte de que el conductor nos dejara mal, porque si no, nos hubiera pillado la tromba a mitad de la nada. Cuando dejó de llover nos acercamos a una parada de songtaew, el tradicional transporte de Chiang Mai, que había allí mismo y estuvimos negociando con un conductor para que nos llevara hasta Doi Suthep. Después de una media hora esperando a ver si venía alguien más para compartir gastos, en vistas de que estaba todo bastante parado, decidimos coger la furgoneta para nosotros solos.

Al llegar arriba no había demasiada gente, así que pudimos disfrutar tranquilamente del recinto. La verdad es que es de las cosas que hay que hacer sí o sí en Chiang Mai.








A la vuelta nos estaba esperando el mismo conductor que nos había subido, y con el que habíamos quedado en que nos iba a parar en el Wat Phra Lat, que pillaba a mitad de camino. Es un sitio que también nos gustó bastante, aunque de nuevo se había puesto a llover ligeramente y no nos entretuvimos demasiado.



Así que el conductor ya nos bajó hasta la muralla, si bien cogiendo de camino a un matrimonio de escoceses jubilados que llevaban viviendo seis meses allí.

Después de cambiar un poco de dinero nos acercamos a ver un par de templos que quedaban bastante cerca del hotel y todavía no habíamos visitado, el Wat Lamchang, en el que estaban preparando una especie de celebración militar (creemos que una boda) y el Wat Chiang Man, prácticamente enfrente y que fue el que menos nos gustó de todos los que vimos.



Comimos por la zona y regresamos al hotel, yo a la tradicional siesta y Adela a disfrutar de la piscina, pequeña pero suficiente para refrescarse. Y cuando empezaba a caer el calor, para no ser menos que el resto de los días en Chiang Mai, nos dirigimos al mercadillo correspondiente. Esta vez, al ser día de diario, al mismo al que fuimos el primer día. Rematamos alguna compra que nos quedaba y volvimos a cenar un pad thai en el mismo sitio, igualmente sabrosísimo.



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