25 septiembre 2019

09-08-19. Día de transición hasta el Bromo.



La razón de haber dormido esta noche en Surakarta era para acortar camino hasta el Bromo. No tenía sentido volver hasta Jogyakarta para al día siguiente deshacer el camino otra vez hasta aquí. A primera hora me acerqué a la estación, a imprimir los billetes, a escasos 500 m. del hotel, trayecto que me sirvió para comprobar que había un camino más corto a través del parking, que cuando luego lo hicimos con las maletas se agradeció el atajo. Seguíamos con la rutina de madrugar, preparándonos para la que se nos acercaba, y tras un desayuno aceptable en el hotel ya nos fuimos cargados a la estación. El tren llegó puntual, y los asientos de primera clase que teníamos, por unos 15€ al cambio, eran bastante buenos, con más sitio y más cómodos que los del ave de aquí. El trayecto de Surakarta hasta Surabaya nos llevó unas cinco horas. El tren volvió a llegar puntual a destino, y a la salida de la estación nos estaban esperando de la agencia donde habíamos contratado las excursiones al Ijen y al Bromo. Tras el pago nos presentaron al que iba a ser nuestro conductor los próximos días, Dony (o Donie, o como se escribiera), un tipo más que correcto y servicial. Lo primero que hizo fue acercarnos a una oficina de correos para echar las postales que siempre enviamos. Luego ya nos pusimos en marcha por una carretera con bastantes obras. Nos paró a comer en un restaurante chino de carretera, donde se conoce que paran a todos los turistas, porque estaba lleno de extranjeros.
Tras recorrer unos últimos kilómetros por unas carreteras entre bosques de montaña bien chulos, finalmente llegamos a nuestro hotel en Cemoro Lawang, el Saputra View, como a las cinco y media de la tarde. Ya se notaba el fresquete de la altitud según iba anocheciendo. Mi idea era subir al mirador para ver el atardecer desde allí, pero el chico del hotel nos dijo que no merecía la pena, que se iba a ver igual desde la parte de atrás del hotel, y así lo hicimos. Aproveché para sacar el dron una vez más. En cuanto se hizo de noche bajaron las temperaturas, así que después de cenar en el hotel del al lado, el Cemara Indah, nos acostamos pronto, que al día siguiente tocaba un buen madrugón.



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