24 septiembre 2019

08-08-19. Surakarta, Candi Cetho y Candi Sukuh.


El día que más tarde nos levantamos de todas las vacaciones. Hasta las nueve no nos pasaba nuestro nuevo conductor a buscar por el hotel. Nos sumergimos de nuevo en el caótico tráfico javanés. Después de hora y de media de trayecto, y tras un par de vueltas y revueltas, que nuestro conductor no se sabía bien el camino, acabamos en el Kraton de Surakarta. Nos dijeron que era un poco peor y más pequeño que el de Yogyakarta, pero nos sirvió. Aquí es obligatorio ir con guía, y luego le tienes que dar la voluntad. A nosotros nos tocó un chico bastante simpático que nos fue explicando bastantes cosas. La verdad es que el sitio no está mal, pero es totalmente prescindible. Es una visita de relleno. Lo que más nos gustó fue un colmillo de elefante tallado, impresionante, que según nos dijo el guía el artesano había tardado 20 años en terminarlo. Yo quería haber ido primero a los templos para evitar las posibles aglomeraciones, pero en la agencia me explicaron que si íbamos a los templos luego no quedaba tiempo para ir a ver el palacio, que cierra a las tres.


Una vez visto el palacio ya enfilamos hacia las montañas. Nos llevó una hora y media llegar hasta el primer templo, el Candi Cetho. Y en cuanto a las temidas aglomeraciones y por ello ir pronto… Pues como que no. Éramos cuatro dentro del recinto. Nos tuvimos que poner el sarong para entrar, y luego ya recorrerlo a nuestro aire. A pesar de ser una visita secundaria, nos gustó bastante. Desde luego nada que ver con Borobudur o Prambanan, pero es que estábamos solos. Y lo que más nos gustó, sin duda, fue el trayecto, atravesando plantaciones de té. Ahora bien, ¿merece la pena gastar un día en venir a ver esto? Pues aunque nos gustó, sería de lo primero de lo que prescindiría en el viaje, si tuviera que renunciar a algo.


El guía nos buscó un sitio bien chulo para comer, con varios estanques con peces, y cuando dimos buena cuenta de las viandas seguimos marcha hasta el otro templo, el Candi Sukuh, que estaba relativamente cerca. A mí este me gustó menos que el otro, pero había una pareja de novios haciéndose el reportaje de boda, y estuvo curioso. Y a la salida coincidimos con un grupo de chicas de uniforme, y nos estuvimos haciendo unas fotos con ellas…




Sin más volvimos a Surakarta, ya que esa noche dormíamos allí, en el Loji hotel, muy cerquita de la estación y a buen precio, pero en recepción no se enteraban de nada, con un inglés más que justo. Tras dejar los bártulos en la habitación nos fuimos a toda carrera a buscar unas tiendas de telas, para que Adela pudiera comprar a placer. Según nos íbamos acercando al barrio de las telas casi todas las tiendas estaban cerrando o cerradas, pero casi la última de la acera estaba abierta, y ahí pasamos un buen rato, impresionante la variedad que tenían, para volverse loco.


Y después de comprar varias cosas a buen precio, volvimos al hotel. Casi nos estábamos quedando sin dinero, así que preguntamos por un sitio que dieran buen cambio. Y nos mandaron a un centro comercial, el Solo Paragon Mall, donde nos dieron el mejor cambio de todo el viaje. Es un centro comercial de estilo europeo (o americano, no sé distinguir muy bien), con su burguer King, su tienda de Adidas... Cogí un Grab para ir y otro para volver por un euro cada uno. Como ya no nos apetecía salir otra vez a cenar, acabamos en el restaurante del hotel. Vaya parsimonia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario