16 marzo 2016

16-03-16. Nagura Bay, Okinone Reef, Manta City.



Bueno, parece que la cervecilla de ayer ha hecho su efecto y hemos dormido algo más. Tras el desayuno de rigor, y puntuales como siempre nos dirigimos al barco. Hoy el viento vuelve a soplar del sur, así que enfilamos hacia el norte, como el primer día. La guía me pide disculpas por tener que repetir inmersiones, pero a mí no me importa. No las disculpas, sino el tener que repetir. Se conoce que los biólogos marinos tienen bastante interés por ir al primer sitio, Natura Bay. El jardín de coral que hay allí debe ser famoso por cómo se recuperó de una plaga de estrellas corona de espinas hace cinco años, muy voraces y que casi acabaron con él. A mí me encantó el otro día y hoy no me ha vuelto a decepcionar. Además estamos a muy poca profundidad y hacemos una inmersión de más de una hora. Cuando me aburro de los corales me dedico a hacerles fotos de carnet  a los peces.
 








A continuación nos vamos a ver las mantas, pero una regla local dice que no puede haber más de cinco barcos anclados a la vez, y debe haberlos, así que la dejamos para después de comer. La que hacemos en su lugar a mí me encanta. Es una pared vertical (como casi todas las paredes) que baja y baja… Nos quedamos a 20m. pero es de estas que como no estás sobre el fondo realmente siente que estás volando. Además aquí veo mi primer nemo. No el primer pez payaso, sino el primer nemo verdadero.





Para la comida hoy toca soba, deliciosa, como todas las comidas. Hoy además no hay aire apenas, y ha subido la temperatura, así que no paso frío y estoy tan a gusto. Tanto que incluso me quedo ligeramente traspuesto con el traje puesto, después de comer. 


Pero ahora sí que ya no queda otra que acercarnos al manta point, y esta vez sí se puede. Va a ser mi cuarta vez con estos animales, y me da un poco de miedo que pierdan ese aire majestuoso a fuerza de verlos. No obstante en esta ocasión siguen maravillando. Además tenemos la suerte de ver dos juntas. A pesar de eso la inmersión es un poco aburrida, en el sentido que llegas al sitio de las mantas, te pones de rodillas en el suelo y a esperar. No te puedes mover de allí. Cuando cumple el tiempo, de vuelta al barco.





Al subir me doy cuenta que he perdido la luz de enfoque. Keiko se tira al agua durante diez minutos para buscarla, pero no aparece. Se me debió caer al subir al barco, ya que la rosca se aflojaba continuamente. De vuelta al hotel, la rutina de las tardes, un poquito de siesta, pero hoy el paseo me lo doy más largo, de casi una hora. También tengo cervecita de cena… A ver si duermo bien que mañana me pasan a buscar una hora más tarde…

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