16 junio 2024

26-04-2024. Visita a la Gran Muralla y al Palacio de Verano.

 

Día ambicioso en cuanto a visitas, por lo que tenía que madrugar. Lo bueno es que al ser una hora menos que en Japón, no costaba tanto levantarse.

A las seis y cuarto ya estaba cogiendo el famoso autobús 916 express en la estación de Dongzhimen, que salió al poco de subirme. Al llegar a la parada Huairou Beidajie, en poco más de una hora, me bajé, para enlazar al otro lado de la carretera con el autobús H36, que también pasó en muy poco tiempo. Llegué a la entrada sobre las ocho y media, y ya había gente, aunque no demasiada. Desde aquí se van siguiendo las señales, te montan en un autobús y te dejan en la base de la muralla. Las opciones para subir son andando, en telesilla o en telecabina. Yo tenía la entrada, comprada por internet, para subir en telecabina.




Te deja en la torre 15, y de allí me fui hacia la izquierda, subiendo hacia la zona más alta, para luego bajar. Estuve un poco agobiado al principio, queriendo correr lo máximo posible para aprovechar que a esas horas no había casi nadie.

La última parte la gente ya no la subía, hasta la última torre, porque la pendiente era bastante fuerte. Yo tuve que ir haciendo paradas continuas, pero llegué hasta arriba. La visibilidad no era la mejor, no sé si por nubes o por contaminación.







A la vuelta ya empezaba a haber bastante más gente, sobre todo un colegio entero de niños de todas las edades corriendo y gritando. La tranquilidad se había esfumado. Al llegar a la torre 6, donde llega el telesilla y está el tobogán de bajada, seguí andando un poco más, aunque estaba reventado. Hasta la torre 4. Luego me volví para bajar en tobogán. La entrada para bajar la compré allí mismo. No tuve mucha suerte en el tobogán, porque los que iban delante de mí eran súper prudentes, y aunque dejé espacio al principio, enseguida les pillé, y fui bajando casi parado.




Con la entrada a la Gran Muralla comprada por internet, te venía que te daban una postal de regalo. A la llegada me dijeron que no tenían. Lo volví a intentar a la vuelta. Como había madrugado, a la vuelta era bastante pronto todavía, estaba llegado casi todo el mundo, y a la chica que pregunté me dijo, after, after, intentado quitarme del medio, como diciendo que a la vuelta… Entonces le enseñé las fotos que me había hecho arriba con el móvil diciendo, no, no, que yo ya vuelvo… Se echó a reír y al final me acabó dando la postal.

Como a la ida se me había dado bien el tema del bus, decidí volver de la misma manera. Según salía del parking un hombre me ofreció un taxi, pero le dije que no me interesaba. Bueno, pues estuve una hora esperando hasta que llegó el bus. Y con la cantidad de cosas que quería hacer… ay, si hubiera cogido el taxi…

El recorrido de vuelta se hizo igual que el de día. En la parada de Huairou Beidajie cambio al 916 express, y luego en Dongzhimen ya engancho con el metro.


Como digo en el título el plan era ir a ver el Palacio de Verano, y aunque andaba un poco justo de tiempo no quise dejar pasar la oportunidad de pasarme. Acabé llegando a algo más tarde de las cuatro, y estuve hasta las seis y media. Un par de horas que fueron suficientes, porque ya estaba bastante cansado. Me alegré de haber ido. 



















Como no aprendo, esta iba a ser mi última noche en el hotel, ya que el vuelo salía al día siguiente por la noche. Pero al llegar tan cansado intenté reservar una noche más, para descansar un par de horas a la vuelta de las visitas, hasta que se me hiciera la hora de llegar al aeropuerto. En recepción me dijeron que no había plazas, pero conseguí reservar a través de internet, más caro que lo que me habían costado las dos noches anteriores juntas. Acabé cenando otra minihamburguesa en el McDonalds.

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