04 junio 2024

14-04-2024. Llegada a Shanghai.

Después de un placentero vuelo en el que conseguí dormir unas seis horas (bien es cierto que a tirones), a la una de la tarde aterricé en Shanghai. Lo primero que tuve que hacer fue escanear mis huellas digitales. Había una hilera de máquinas que te leían al pasaporte y asociaban tus huellas, y te daban un papelito que habías terminado el proceso. Si no tenías papelito, inmigración no te atendía. En inmigración no había demasiada cola, y en media hora ya había terminado todos los trámites. Lo siguiente era comprar la tarjeta de transporte. Lo hice en una de las máquinas del MagLev, donde esa máquina también te escanea el pasaporte. En China, hagas lo que hagas, estás fichado. Ya está esa tarjeta asociada a ese pasaporte y pueden saber qué recorrido haces, por dónde entras y por dónde sales. Me preocupé de coger una tarjeta con el símbolo de T-Union para que luego la pudiera usar en Pekín.

Tenía el alojamiento en toda la pomada, muy cerca de la calle comercial Nanjing Road. El Seventh Heaven Hotel. Con este nombre y con la decoración que tenía puede parecer cualquier cosa, y en relación calidad-precio puede que fuese el peor hotel del viaje, pero no estuve a disgusto.

Antes de ir al hotel entré en un banco que había en la esquina, para cambiar dinero y poder pagar la habitación. Después de hacer media hora de cola me dicen que para cambiar dinero tengo que decirles dónde me alojo, habitación incluida. Así que voy al hotel, donde me dicen que si no hay dinero, no me pueden dar la habitación. Salgo de este bucle infinito convenciendo al del hotel que no me dé la habitación, pero que me apunte el número en un papel. Ya con esto voy al banco, me trago otra media hora de cola, y ya consigo cambiar, y por fin con el dinero, tengo habitación en el hotel.

Una vez dejadas las maletas me dispongo a recorrer la famosa Nanjing Road hasta llegar al Bund, el paseo que da al río y donde debía estar medio Shanghai. Hay policía por todos los sitios, y cámaras de vigilancia por más. Yo espero a que se haga de noche, para tomar la famosa foto.







Sin nada más que hacer y con bastante cansancio, me voy de vuelta al hotel a dormir.

 


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