La noche no se dio excesivamente
mal pese al jet lag, y como quería hacer un montón de cosas, bien temprano me
puse en marcha, para evitar aglomeraciones y calor. Para moverme, tanto en
Shanghai como en Pekín, usé la aplicación Metro. El primer destino del día era
la zona de los jardines Yuyuan. Tras callejear un rato entre edificios modernos
que recordaban a tradicionales, acabé dando con la parte de atrás del templo
del Dios de la Ciudad. Como era pronto no había demasiada gente, y pasé un rato
agradable.
En la zona donde está el Buda de Jade que da nombre al templo no se permiten hacer fotos. La siguiente visita fue al templo Jing'an, donde sí que había más gente. O por lo menos, al ser más pequeño, estaban más juntos. Este templo está en medio de la ciudad, en una zona con bastante tráfico. De los que visité, fue el que menos me gustó (sin llegar a estar mal).
Y por último fui al templo Longhua, que está bastante alejado y que me parece que merece totalmente la pena. Hay muchísimas flores en las estatuas, todas naturales.
Al final me dio tiempo a visitar todo lo que tenía en la lista. Claro, casi sin desayunar y sin comer más que un par de cosas que fui pillando por los Seven Eleven.
Luego me acerqué al Xingguang Photographic Equipment City, un centro comercial que como su nombre indica está especializado en fotografía, pero estaban casi cerrando y no me pude entretener demasiado.
Terminé cenando en un Saizeriya, en uno de los muchos centros comerciales que tiene la calle Nanjing, para acabar el día acercándome de nuevo al Bund, para ya despedirme de la vista más famosa de Shanghai. Se notaba que al ser lunes había bastante menos gente que el día anterior.
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