El
primer sitio donde paramos fue en el pueblo de Sabie, según estábamos pasando
vimos un Spar y entramos a aprovisionarnos para los siguientes días en el
parque. También aprovechamos para comprar fruta en el mercado, y alguna crema
para las picaduras en la farmacia, que resultó realmente buena. Un poquito más adelante, a pesar de no ser
de las recomendadas, paramos en las Mac Mac Falls (por el simple hecho de que
me hacía gracia el nombre, más que el de Lisbon Falls) y bueno, sin ser la
bomba, nos gustaron. Deberían llamarse Fall, porque solo hay una. Fue la única
cascada que vimos. En el recinto hay un pequeño mercadillo con bastantes
artesanías a buen precio.
Desde
aquí nos dirigimos al pintoresco pueblo de Pilgrims Rest, pueblo que conserva
el sabor de tiempos pasados. Después de dar un pequeño paseo (tampoco nos
sobraba el tiempo) al llegar al coche me encuentro a un fulano con una esponja dale
que te pego, lavándolo… Y que son 160 rands… Anda largo de aquí, tío jeta, que
le he sacado hace dos horas completamente limpio del alquiler, y ni está sucio
ni te he pedido que lo laves… Pese a esta pequeña anécdota el pueblo nos gustó.
El
siguiente punto eran los Bourke’s Luck Potholes. Aquí el gps volvió a hacer de
las suyas, pero en esta ocasión nos favoreció. Nos metió por una pista de
tierra roja, justo a la salida del pueblo, durante 25 km en lugar de por la
carretera, pero salimos directos y nos evitamos retroceder a Graskop y su
puerto de montaña. Aquí el coche sí que se llenó de polvo. En el Bourke’s Luck
Potholes hay una especie de puesto de interpretación del Cañón, con una
exposición (que no vimos), varias tiendas a la entrada (por las que apenas
paramos) y un recorrido marcado que nos gustó bastante.
Continuamos
hasta el punto más alejado al que íbamos a llegar, las famosas Three Rondavels,
donde prácticamente fue tirar la foto y salir pitando.
Ya
en el camino de regreso hicimos nuestra última parada en God’s Window, que casi
nos pillaba de paso, y que sin duda mereció la pena.
Este
fue nuestro recorrido por el Blyde River Canyon. Sabemos que nos dejamos varias
cosas por ver pero el tiempo no nos dio más de sí. Nos gustó mucho lo que vimos
y nos pareció suficiente.
Finalmente
entramos al parque Kruger por la puerta de Phabeni, la que más cerca nos
pillaba, a las 16:30, un poco justos para llegar hasta Pretoriuskop, nuestro
primer campamento. Podríamos haber ido por fuera del parque hasta Numbi Gate,
más cerca del alojamiento, pero preferimos recorrer el parque. De este modo
recorrimos la S1, aunque sin apenas avistamientos. No nos importó. Grandes días
estaban por llegar.
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