Este día salimos un poco antes. Nos dicen que hay
probabilidades de que se levante otra tormenta de arena y nos damos toda la
prisa que podemos. Aun así, antes de salir, aprovecho para hacer las fotos que
no pude hacer el día anterior.
Nuestro primer destino es Abarkuh, situado
estratégicamente a dos horas de camino. Y qué hay en Abarkuh? Pues un ciprés,
algunos dicen que de 2500 años de antigüedad, pero casi todos los expertos
coinciden que tiene por los menos 4000 años. Es importante porque los
zoroastrianos los plantaban en los templos del fuego, ya que simboliza la
inmortalidad, y este sería uno de los primeros templos del fuego. Pero vamos,
que es un ciprés y ya está. Es un buen punto de parada intermedia entre Yazd y
Pasargadae, donde tomamos un té y los dulces típicos.
A continuación, a otras dos horas, se encuentra
Pasargadae (entrada 150.000), fundada por el primer rey de la dinastía
aqueménida, Ciro el grande. Su nombre significa Jardín de los Persas. No queda
mucho de lo que en otra época debió ser una gran ciudad. Pero que tampoco se
debió utilizar por mucho tiempo, ya que el sobrino de Ciro, Dario, fundaría
Persépolis y llevaría allí la capital. Nos hace un aire horroroso, de llorar
los ojos. Aquí vemos la fachada de la tumba de Cambises, el hijo de Ciro, los
restos de las columnas del palacio, otro edificio que servía de rececpión para
las visitas, y lo más significativo: la tumba de Ciro. Ésta tiene forma de
zigurat, pirámide escalonada con un templo en la parte superior, tomada de los
babilonios, uno de los pueblos que conquistó y asimiló a su imperio. Azi nos
comenta que el último sha, Reza Pahlevi, empezó también a hacerse un mausoleo
en los alrededores, pero que con la revolución islámica quedó parado.
Para comer lo hacemos a la salida del pueblo, y
luego ya derechos a Shiraz, a poco más de hora y media de camino. Llegamos a
las cuatro y media, y nos vamos al hotel a duchar, que estábamos llenos de arena de la tormenta de la noche anterior. Aprovechamos también para descansar
un rato. A las seis hemos quedado con Azi para dar un paseo. Como es jueves por
la noche y estamos en el centro, hay un montón de gente paseando. Subimos y
bajamos por la calle principal, camino de la ciudadela. Por el camino nos pregunta
un chico que de donde somos, y al decirles que España, se pone a hablar en
castellano con nosotros, incluso nos da un cd de música, todo amable. Estuvimos
un rato hablando con él, y nos sorprendió la cantidad de cosas que sabía de
España. Luego caminamos un rato hasta la entrada del bazar, pero mi madre
estaba bastante cansada y nos dimos media vuelta hasta el hotel, para cenar
allí y rematar el día.
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