Snif, snif…
Último día de buceo. Hoy tenemos un poquito más de navegación, con lo que se
retrasa el despertador una horita, que todo es de agradecer. Lo de todos los
días. Minidesayuno, briefing e inmersión. Otro canal para ver más tiburones.
Pero en esta ocasión apenas hay corriente y lo podemos hacer muy
tranquilamente. De las mejores del viaje. Hay un montón de tiburones, vemos
también alguna raya, un banco grande de barracudas, hasta cinco napoleones (me
resarzo de la foto que no les hice ayer), meros patata, una tortuga… Uno montón
de vida… Y sin entrar en deco nos dejamos ir por el arrecife mientras vamos
subiendo, viendo morenas, peces león, y todo tipo de vida de arrecife… Muy muy
completa y muy tranquila. Después ya se sabe… Desayunar (hoy ha habido
bollitos), lectura, blog…
La segunda
inmersión de hoy, y última del viaje la hacemos en una pared vertical de un
arrecife. Es una inmersión muy tranquila. El objetivo principal es ver tortugas
verdes. De esas vemos tres, pero también una gamba en una anémona, varios meros
y muchos muchos peces pequeños. Sabiendo que es la última inmersión y que hay
muy buena luz aprovecho para hacer fotos a mansalva. Y de repente, todo se
acaba. De vuelta al barco, la gente empieza a estar tristona. Comemos y tenemos
un buen rato libre por la tarde.
Para el día de la vuelta (mañana) hay dos opciones. Pasar el día en Male o pagar una estancia en un hotel con piscina. Los italianos del barco van a hacer esta tarde una excursión a Male, así que me decido a ir para poder escoger mañana con más criterio. Nos acercamos a Male Jorge, Mariano y yo. A los italianos les está esperando un guía, pero como habla italiano o inglés, decidimos dar una vuelta por nuestra cuenta. A los diez minutos de desembarcar me doy cuenta que ya me he decantado por la opción del hotel para el día siguiente. No hay absolutamente nada que ver en Male. Además, hace mucho calor. Vamos andando al paso de la tartana por aceras estrechas llenas de gente, calles llenas de motos y tiendas de todo tipo. Y eso que estamos yendo por la zona comercial. Al final del recorrido, dirigiéndonos al puerto donde nos va a recoger el dhoni, aparece la primera tienda de souvenirs, donde aprovecho para comprar postales y sellos. Y de nuevo en el barco, copiando las fotos del todo el mundo, intercambiando correos… Esos previos de las despedidas. La cena nos la han montado hoy en la piscina de la cubierta superior. Han usado el borde para poner el mantel, y allí hacemos mesa redonda. Brindamos con los italianos por la salud, sobre todo. Nos ponen hasta helado de postre. Muy amables toda la semana, la verdad da gusto. Yo estoy que me caigo de sueño y me voy directamente al colchón. Al día siguiente me cuentan que me estuvieron llamando por la escotilla para que subiera a salir en las fotos, incluso Javi entró en la habitación, pero ni me enteré.
Si es que mi niño duerme como un angelito...
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