A las seis
otra vez arriba .Estas costumbres no me gustan nada, pero bueno, es lo que hay
si se quiere aprovechar la luz del día. Para empezar, vamos a repetir la
tercera de ayer, Miyaru Kandu, para ver tiburones. No tenemos tanta suerte de
verles pasar, pero justo cuando estamos abandonando la cornisa para empezar a
ascender vemos justo encima de nosotros como veinte ejemplares de tiburón de
punta gris y de punta blanca. Toda la inmersión tuve problemas con la cámara,
porque se me soltó la rosca que sujeta el flash a la cámara y estuve más
pendiente de eso que otra cosa. Pero bueno, fue una buena imagen que se me
queda en la retina.
Después, ya os podéis imaginar. Desayuno, siesta de después de desayuno, acabo el fotolibro… Tareas varias antes de la siguiente inmersión. Mientras hemos estado navegando al Atolón de Male sur.
Después, ya os podéis imaginar. Desayuno, siesta de después de desayuno, acabo el fotolibro… Tareas varias antes de la siguiente inmersión. Mientras hemos estado navegando al Atolón de Male sur.
La segunda del
día es casi copia de la primera. Nos asomamos a otro balcón a ver tiburones. No
hay tantos como en la otra, pero justo cuando nos vamos a ir, Judith nos avisa
insistentemente. Justo encima de nosotros hay una formación de rayas águila, un
montón. Y justo al momento un napoleón enorme, pero no puedo hacer la foto
porque se me cruza el italiano para hacérsela él… Pero bueno, otra imagen para
la retina. Luego vamos haciendo la subida poco a poco por el arrecife.
Subimos y ya
está la comida esperando. Hoy hay ganas de vicio, así que después de comer, al
igual que después de desayunar, siesta. Dos siestecitas me que cascado hoy que
me han dejado casi nuevo. A las 14:30 de nuevo a bucear, esta vez en un giri.
No, no es un extranjero. Es como una thila, pero la parte superior está a menos
de cinco metros de la superficie. Este es un pináculo de unos 50 m. de diámetro
y vamos a nuestro aire, dando la vuelta, sin ningún tipo de corriente, con
mucha vida de arrecife, mucho peces pequeños y muchas anémonas con peces
payaso. Lo que más me ha gustado es que como hemos ido solos, hemos estado a
nuestro ritmo.
Luego a
descansar, a esperar hasta las ocho, hora en la que nos vamos a ir a la playa a
cenar. Hay gente que se ha ido a las cinco y media, después de la inmersión, a
pasar la tarde en la isla (desierta) pero yo creo que ya voy a tener playa
suficiente por la noche y me quedo en el barco.
A las ocho nos
llevan a la playa para cenar. La verdad es que se lo han currado mucho. Han
preparado una escultura de arena de un tiburón ballena, muy chulo. También han
puesto luces y velas. Hay un montón de comida, hasta una barbacoa. Nos sacan
botellas de vino y allí estamos cenando en una playa de una isla desierta. Todo
un lujo. Pero sentado en bancos y mesas de madera, nada de llenarte de arena en
el suelo, eh… Y luego, cuando acaba la cena, empieza la fiesta. Han traído
hasta equipo de música, con unos altavoces enormes. Y todos a bailar (yo casi
no, pero bueno). Fue una buena experiencia ver a los chicos maldivos del barco
cómo se divertían. Disfruté. Pero no aguanté mucho tiempo, a las once al barco,
a dormir. Luego cuando vinieron estos debieron estar danzando, tirándose al
agua, tocando la campana… Pero ni me enteré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario