03-08-2023. Traslado a Hue. Marble Mountains y Lady Buda.

 

Dejábamos atrás Hoi An, quizás sin haberla exprimido demasiado, pero habiendo cumplido los objetivos que nos marcamos. De nuevo a través del hotel había contratado el traslado a Hue, haciendo paradas en el camino a las Marble Mountains y a Lady Buda. Para no llegar muy tarde a Hue preferimos madrugar. Además así evitábamos las horas de más calor. Así que a las ocho ya estábamos entrando en las Marble Mountains. El conductor nos dejó en una de las entradas y nos dio un par de horas para ver el recinto tranquilamente.

Yo pensaba que no daría para tanto, pero una vez que vas entrando en las distintas cuevas y los distintos recintos de templos es lo que tardamos al final. Es una visita que nos gustó más de lo que esperábamos.

Muy cerquita de las Marble Mountains se encuentra Lady Buda. En el camino aprovechamos para ver Da Nang, que según nos dijo el conductor es la tercera ciudad más poblada de Vietnam y el típico destino vacacional de playa para el turismo interior. Y aunque solamente tardamos en llegar media hora, fue bajar del coche y notar un golpe de calor horroroso.

Nos llamó la atención que casi no había turismo extranjero. Estaba bastante lleno, pero eran todos vietnamitas. Es una cosa que nos sorprendió del viaje, la cantidad de turismo interno que hay.

Como la chicharra pegaba demasiado, no nos quisimos entretener mucho, y una vez visto el recinto, pusimos rumbo a Hue, donde llegamos tras una breve parada en el Hai Van Pass. El día estaba con demasiada calima como para tomar una foto decente.

Una vez que tomamos posesión en el hotel, sin entretenernos demasiado porque se nos echaba el tiempo encima, cogimos un taxi en dirección a la Ciudadela.

La visita a la Ciudadela nos llevó algo más de dos horas, yendo tranquilamente. Yo esperaba que hubiera bastante más gente, pero la verdad es que en muchos momentos estuvimos solos. Y claro, eso hizo que disfrutáramos y nos gustara más.

Cuando terminamos ya estaba anocheciendo, así que nos volvimos al hotel. Tras un breve descanso nos acercamos a un centro de masajes cercano, pero la experiencia para Adela fue decepcionante. Está cansada de pedir que le den un masaje fuertecito, y no hacen más que hacer pequeños sobeteos que en vez de relajarla, le ponen más nerviosa.

En lo que quisimos terminar y buscar un sitio para cenar, ya estaba casi todo cerrado. Nos dimos un pequeño paseo mirando las tiendas que todavía quedaban abiertas alrededor del hotel (muy bien ubicado) y a descansar, que el día había sido bastante completo.