El día empezó lluvioso, y así se mantuvo toda la
mañana, a ratos pinteando y a ratos lloviendo más fuerte. En el viaje de este
año Aitor se ha pegado una currada descubriendo sitios y actividades nuevas que
han estado muy interesantes. Este día el grueso del grupo se marchó a ver
Nikko. Los que quedamos iniciamos las visitas juntos. El primer templo que
visitamos fue el santuario Nezu. Estaba bastante cerca andando del hotel, un
cuarto de hora, y en una zona que no habíamos ido nunca.
A partir de aquí nos dividimos, y Mauri, Alberto y yo
nos dirigimos a Asakusa para hacer el Shichifukujin Meguri, la peregrinación de
los siete sabios de la buena suerte. Es un recorrido por nueve templos, en el
primero te compras una tablilla y en el resto te van poniendo el nombre de los
templos con un sellito, y cuando completas la tablilla queda bien chulo. A
pesar de que nos pilló lluvia, pasamos un buen rato.
Eso sí, al final nos tocó ir a la carrera porque
llegábamos tarde a la cita con Kaskos. El plan era ir a entrenar con Nagato y
Noguchi. Kaskos andaba nervioso porque íbamos a llegar tarde. Nosotros tan
tranquilos, pensando que empezaba a las tres de la tarde, nos sobraba tiempo.
Cuando llegamos a la última parada del tren y nos dice que no, que empieza a
las dos y media es cuando nos entraron las prisas a nosotros… No obstante
llegamos pronto. Justito pero pronto.
Esta vez la comida la hicimos al lado del Saizeriya,
en el Coco’s, por antojo de Alberto. Son totalmente similares, y aunque la
comida estuvo bien yo estuve casi media hora esperando al postre, que me tocó
comer a la carrera porque no llegábamos con Noguchi. El entrenamiento, genial
como siempre.
A la vuelta a Ueno nos encontramos con la gente que
había estado en Nikko, y lo habían pillado nevado. Me dieron envidia, porque
las fotos eran bien chulas, pero mi día también había estado bastante bien. Así
que para celebrarlo, nos fuimos al Kaiten Sushi.
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