Último día de buceo del viaje, y regresamos a las inmersiones que hicimos el primer día. El objetivo era ver los delfines a primera hora, cuando más posibilidades hay de verlos. Nos tiramos y al rato aparecen unos cuantos delfines, y estamos con ellos un buen rato. Luego aparecen martillos y también otra vez los delfines. La faena es que se me empaña la cámara y no puedo sacar bien las fotos, salen borrosas. La primera vez que me pasa con esta cámara.
Este día, llegamos los primeros al punto de buceo, así que hubiéramos podido hacer cuatro, pero los guías nos pidieron dejarlo en tres, ya que un barco que acababa de llegar se quedaría sin hacer ninguna. Hoy por ti y mañana por mí, nos dijeron. Y aunque nosotros mañana ya no íbamos a estar, lo entendimos, y nos tiramos a la tercera inmersión, la última, y que posiblemente fuera la más floja de todo el viaje. Vemos algunos puntas plateadas y poco más.
Esto había dado de sí el viaje a Revillagigedo. Tan solo nos quedaba volver, otras 24 horas de navegación para llegar a última hora de la tarde a la entrada del puerto y fondear allí mismo, para ahorrarse el amarre en el propio puerto. Un buen viaje que habrá que repetir cuando haya ocasión.