Hoy me despierto a las cuatro, tras cinco horas de sueño reparador. Me
está costando hacerme al horario… Esta noche tendré que recurrir a otros
remedios… Afortunadamente me despierto sin nada de frío. Aunque el día amanece
nublado de nuevo, el tiempo no tiene nada que ver con ayer. Casi no corre el
aire, y la temperatura ha subido algo. Hoy también viene con nosotros un francés
que aprendió a bucear la semana pasada. La primera inmersión está bastante
bien, es un suelo de arena salpicado aquí y allí con bloques de coral. Vemos
varias morenas cinta, incluso dos en un agujero, que yo no había visto hasta
ahora.
Al salir de la inmersión siento algo de frío, pero nada que ver con
ayer. Me seco rápidamente y ya está. Además aquí tienen la costumbre de no
esperar mucho entre inmersión e inmersión, que es lo que tendríamos que haber
hecho ayer, y no te da tiempo a quedarte muy frío. En la segunda inmersión nos
llevan a un sitio a ver atunes. Los hay, y de qué tamaño! Es un bajo donde los
atunes se acercan a comer. También hay bastantes peces de arrecife y algún
nudibranquio chulo.
Cuando salimos es la hora de comer, hoy a las doce y media, y toca el
plato principal de Okinawa, taco rice, llamado así por los tacos mejicanos, traídos
por los americanos de la base naval. Como lo acompaña una sopa caliente sirve
para entrar en calor.
Ahora sí que esperamos un poco más, pero tampoco siento
especial frío. Lo malo es ponerte otra vez el traje, que está fresquito. La
tercera inmersión la hacemos también en una zona de coral típico de por aquí.
Me gusta bastante. Estoy un poco a mi aire haciendo fotos mientras que el francés
tiene que chupar en cada una de las inmersiones del regulador de la guía, ya
que consume más que ni sé. Vamos un pez hoja y otro par de ellos muy chulos que
yo no había visto hasta ahora y que no sé cómo se llaman.
Esta vez cuando acabo recojo rápidamente (soy el primero que se tira
al agua y el primero que se avía para salir) y me doy una ducha caliente en el
barco, y me quedo más a gusto que en brazos. Así sí. Cuando llego al hotel me
echo una breve siesta de una hora, a ver si me sirve para acostarme un poco más
tarde y levantarme también tarde. Tras otra ducha salgo a hacer la compra de la
merienda, cena y desayuno y me doy un paseo por el pueblo, que es bastante feo
y no tiene prácticamente nada que ver. Mi hotel está es unas galerías
comerciales llenas de tiendas de souvenirs, y me planteo comprarme una camisa,
de lo bonitas que las veo…
Finalmente cae una camiseta más representativa. Ya solo queda hacer
los deberes de las fotos, escribir el blog, esperando esta noche tener más
suerte.
Cualquier camisa de las de la foto seria superchulísima.!!! Y acorde a la elegancia que nos tienes acostumbrados.
ResponderEliminarNaacho!! Un par de camisas de esas para la boda de John!!
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